sábado, 15 de septiembre de 2012
Círculo de amigos
Han tenido que pasar meses y una preselección para los Oscar para que me decidiese a ver la muy digna "Grupo 7". Y es que el nombre de Mario Casas lleva muchos adolescentes a las salas de cine, pero también echa para atrás a quienes tan sólo quieren ver una buena película. Supongo que me habré librado de ver una notable cantidad de truños y que he hecho bien en esperar a que la Academia decante lo mejor de la producción española de este año. Y es que estamos ante un thriller que, pese a ser predecible, está magníficamente interpretado y dirigido, además de dotado de un guión efectivo. Las escenas de acción son creibles, los secundarios están formidables (la Caoba es antológica y merecedora de un Goya) y algunas escenas son memorables.
Se trata, como "Celda 211", de una caida a los infiernos, de la corrupción de un policía primerizo, sólo que en este caso, a lo largo de varios años, los que el Grupo 7 que da título a la película se dedica a acabar con la venta de drogas en el centro de Sevilla durante los años previos a la Expo 92. Es este anclaje en la realidad, en la Historia reciente de España, uno de los elementos que la hacen más veraz y cercana al espectador.
Es también la historia de unos amigos, de sus complicidades, de su decadencia, de sus momentos íntimos, sus amores y sus corrupciones. Es, ante todo, una historia muy bien contada.
sábado, 8 de septiembre de 2012
El fin del romance

El piloto describe perfectamente esa relación: "Somos letales el uno para el otro". Y es que la película comienza con el intento de suicidio de ella, desesperada por la certeza de que nunca podrá ser amada como ella ama. Él a veces "se entrega a sí mismo", tan sólo eso.
Con una fotografía, una banda sonora, una ambientación, un vestuario, una dirección y unas interpretaciones dignas del mejor cine clásico, esta película nos remite a otra forma de hacer las cosas. Al cine inglés intimista de David Lean. A un cine que transmite la realidad más cruel de la forma más hermosa posible.
Memorias de lo cotidiano
Las preguntas que me vienen a la mente son: ¿Cómo pudo alguien escribir algo así en una situación como la suya? ¿Es tan fuerte la idea de posteridad para un autor?
A veces pienso que es imposible conocer al ser humano y lo que es capaz de hacer. Tan sólo podemos intuirlo.
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