Sabina Berman no es una escritora muy conocida en España, al contrario que en el país del que es oriunda, México, donde le han llovido los premios. Así pues, creo que resulta conveniente realizar una pequeña presentación: Nombre completo: Sabina Berman Goldberg. Con esos apellidos, sobra decir que es de ascendencia judía. Nació en 1955 en Ciudad de México. Según parece, en su infancia la hacían leer la biblia cuatro horas todos los días y además en hebreo. De ahí que la conozca hasta el punto de no creer en lo que se dice en ella. Y es que ese es uno de sus rasgos definitorios: la sensatez. Cursó estudios de Psicología Clínica y Letras. Dramaturga, novelista, periodista, presentadora de televisión, codirectora, coproductora de cine y guionista (es autora de la adaptación que Alfonso Cuarón piensa dirigir de "The history of love", de Nicole Krauss. Un reto inmenso). En dos palabras: Trabajadora incansable.
Probablemente su mayor éxito haya sido la novela que me dispongo a reseñar: "La mujer que buceó dentro del corazón del mundo". En ella nos encontramos con uno de esos personajes de los que es imposible no enamorarse (a su autora le ha ocurrido lo mismo, pues la volvió a convertir en protagonista de su siguiente libro, "El dios de Darwin"), Katia Nieto, niña autista (padece el síndrome de Ásperger) a la que iremos viendo crecer y pasar de víctima del maltrato y la cosificación (nadie la ha enseñado a hablar y está llena de cicatrices) a empresaria atunera. La más importante del mundo. Todo gracias a una tía suya que se hará cargo de ella y no se rendirá ante las dificultades.
La historia ficticia de Katia Nieto recuerda mucho a la de la científico estadounidense, también autista, Temple Grandin. Como ella, asistió a la universidad en una carrera de ciencias, y también como ella, hará lo que esté en su mano para evitar el sufrimiento innecesario de los animales al ser sacrificados para la alimentación. Personaje realista, es poética aunque deteste las metáforas y los conceptos abstractos. Le es imposible mentir y la idea de fantasía le resulta ajena. Considera que el ser humano primero existe y, luego, "a veces" piensa. Vamos, que también detesta a Descartes. Podría decirse que Sabina Berman usa a Katia Nieto como vehículo para transmitir su concepción de la vida: Su amor por la diversidad, que considera enriquecedora (ya he dicho que es una persona sensata), por la naturaleza (en especial, por el mar, cerca del cual pasa la mitad de su tiempo), por la ciencia y el conocimiento,...
Otras notas que caracterizan su obra son el sentido del humor, el uso de la ironía y la carencia de cualquier referencia a la corrección política. En "La mujer que buceó..." encontramos grandes dosis de locura, situaciones cómicas hasta rozar el absurdo, escenas conmovedoras,... En suma, se trata de una novela que transmite una realidad cercana y lejana a la vez a través de una mirada diferente, original, genuina.
Por supuesto, ya me he hecho con su continuación.