sábado, 31 de agosto de 2013

La educación sentimental

Como decía hace dos entradas, lo bueno se hace esperar. Eso es lo que ocurre con la reseña mensual del libro correspondiente de "En busca del tiempo perdido".
"El mundo de Guermantes" parece una novela de tránsito, aunque, por supuesto, cuenta algunos hechos con un principio y un final.
Ya en partes anteriores, el narrador había mostrado su idealización de lo que llamaban en su familia "el lado de Méséglise". Pues bien, tras su traslado a un edificio propiedad de la duquesa de Guermantes, su interés crece hasta tomar un carácter romántico. Irá tanteando a sus amigos comunes para conseguir una invitación a alguna de las fiestas que ésta organiza (fiestas muy exclusivas, en las que sólo son aceptados aristócratas, embajadores, grandes artistas,...). Llega el momento en que es invitado, pero será para descubrir que en ellas "no se decían más que nonadas". Por eso se pregunta si "¿era verdaderamente por unas cenas como ésta por lo que todas estas personas se ponían de tiros largos y se negaban a dejar penetrar a las burguesas en sus salones tan cerrados, para unas cenas como ésta?". Relata pues este libro la historia de una decepción. Y junto al convencimiento de que tampoco hay tanto de especial en Oriana de Guermantes, llegará el desapasionamiento del joven protagonista hacia ella.
Antes de ello, asistiremos a la conclusión de la tempestuosa relación de Roberto Saint-Loup, amigo del narrador y sobrino de la duquesa, con una antigua señora de compañía, Raquel. También veremos cómo Albertina confiesa al protagonista que desea ser su pareja, lo que provoca la falta de interés de éste hacia ella (pues, tan solo le apasionan las relaciones imposibles).
Pero son dos los hechos que destacaría de esta novela: Es en esta parte donde fallece la abuela de Proust (lo cual es narrado con una tremenda delicadeza cruda o con una crudeza delicada. Es lo que destila la siguiente cita: "Pobre pequeño mío, ahora ya no vas a poder contar más que con tu papá y con tu mamá"). Y también es en la que Carlos Swann anuncia que se encuentra gravemente enfermo y que va a morir. Se lo anuncia a los duques de Guermantes, a lo que ellos responden "Tiene usted ganas de broma", no por evitar que éste se preocupe, sino por quitar hierro al asunto, pues tienen prisa para ir a una fiesta importante. Tal es la frivolidad de la pareja y, en suma, del mundo aristocrático de salones al que por fin el protagonista parece haber ascendido.

viernes, 30 de agosto de 2013

La gaviota tras Chéjov

Muchos pensaban que había fallecido, pero, como veis,
tras la muerte de Chéjov, la gaviota se encuentra 
perfectamente, reposando en lo alto de este armatoste,
en el sur de Gran Canaria.
Y es que los clásicos siguen estando vivos.

Puntos de lectura I



Sé que muchos sois aficionados a coleccionarlos. Y, como soy un chico generoso, he decidido ir compartiendo con vosotros algunos de los que tengo. Muy poco a poco, eso sí, pues lo bueno se hace esperar.
He aquí el primer punto de lectura: Lo compré, como habréis obviado, en el Museo y Galería de Arte Kelvingrove de Gologo (ciudad más popularmente conocida como Glasgow). Es uno de los muchos recuerdos hermosos que me traje de mi estancia de aproximadamente un mes en dicha ciudad. Si nunca la hubiera visitado, pensaría que es un horror, dado cómo ha sido reflejada en el cine. Pero tiene lugares preciosos: El museo ya citado (el más visitado de Escocia), el San Mungo de arte religioso, la universidad (con más de 500 años de antigüedad), el Jardín Botánico, varios edificios diseñados por Mackintosh,... Vamos, que este punto de lectura tiene un gran valor sentimental para mí.

jueves, 29 de agosto de 2013

La batalla de Argel

Bernard y Rabut son primos. Pasan de los sesenta años y existe una inquina entre ellos. Ambos viven en un pueblo francés y tienen algún grado de inadaptación: Bernard es prácticamente un pordiosero, al que apodan Fuego de Leña por lo mal que huele; mientras que Rabut vive en familia, pero por las noches tiene pesadillas y se levanta inquieto, sin razón aparente.
Bernard y Rabut hicieron el servicio militar a principios de los 60 en Argelia. El segundo guarda fotos que hizo con una cámara Kodak. Fotos que muestran la belleza de los paisajes, de sus gentes,... Estampas que podrían transmitir nostalgia por un tiempo pasado. Son fotos que en el presente mira Rabut cuando se despierta angustiado por las noches. Fotos que, como él y su primo, callan, más que dicen. Porque no enseñan los atentados terroristas de esa época, ni los cadáveres de compatriotas degollados, el miedo a que a ellos les ocurriera lo mismo, la represión, las disputas entre quienes apoyaban la ocupación y los que estaban a favor de la independencia.  Porque no muestran cómo los pieds-noirs, después de que ésta fue proclamada, quemaban todo lo que no podían llevarse para no dejar nada a los argelinos; cómo algunos harkis (musulmanes pro-ocupación) eran obligados a beber gasolina para, a continuación prenderles fuego, como castigo a una supuesta traición a su patria (qué palabra tan odiosa). 
De ese silencio (recordemos que la película "La batalla de Argel" estuvo prohibida en Francia durante años), es de lo que trata la multipremiada novela "Hombres", de Laurent Mauvignier, primer libro de este autor publicado en España. 
Todos los países tienen cosas que prefieren barrer bajo la alfombra, sin importarles los traumas que arrastren sus ciudadanos. No hay mejor manera para conseguir que esos traumas se enquisten. 

miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Nuevo parecido razonable?

Muchas veces he dicho que Felisuco se da un aire a Maggie Smith, lo cual ha tenido como resultado ser objeto de burla, mofa y befa. Vaya amigos tengo. (O quizás exagere y tan solo me han mirado con cara de extrañeza). El caso es que, dado que este blog goza del favor de una legión de fieles lectores (fieles y carentes de falanges, al parecer, vista la incapacidad que demuestra la mayoría de ellos para escribir algún comentario enriquecedor), hoy me he propuesto encontrar a alguien que comparta mi criterio para luego lavarles la cara a mis amigos mostrándoles vuestros mensajes. Comparemos.


Ahora espero vuestras respuestas. Recordad que mi intención es constructiva: Hundir a mis amigos en la mayor de las miserias y que no puedan mirarme a la cara de la vergüenza.

Isabelle Huppert o la mujer "recortable"

Isabelle Huppert, para quien no la conozca, es una de las mejores actrices que jamás haya existido. Quizás esa sea la razón por la que hasta hace poco no me había fijado en la tendencia que tienen quienes la han dirigido a mostrarla como una señora estrafalaria. Tan solo me había dado cuenta de que tiene un cuerpo de muñeca, frágil y fuerte a la vez, de una elegancia de movimientos constante (en realidad, resulta elegante aunque  se quede quieta). 
Por si alguien más no ha caído en esta peculiaridad, comparto con vosotros una fotos que he encontrado gracias a algo que una antigua jefa mía llamaba google, leyendo tal cual las dos oes.

Antes de Molly Ringwald, ya la Huppert sabía lo que es ser una "chica de rosa" (el purito, a lo "Rajoy, dimisión" en una mano y el pañuelo mordisqueado en la otra son un plus. Bueno, y el gato de angora que se puso alrededor del cuello. Vale, ya sé que no es un gato, pero casi).

Muchos años después, llegó François Ozon a su vida (otro que destaca por su sencillez) y la convirtió en una de las "8 mujeres". Era el colmo de lo kitsch, pero todas estaban sensacionales. No es de extrañar que les llovieran los premios.
En "Bella addormentata", Isabelle hace sombra al resto del reparto con una interpretación magistral, a medio camino entre la Señorita Rottenmeier y la tía Tula, tan tirana como sufrida.
Los guantes (y los mitones) son marca de la casa.
Como complemento de la imagen anterior, aquí la vemos en pleno éxtasis. A esto le llamo yo no tener miedo al ridículo. Me recuerda su película "Borrachera de poder".

 Quienes no me entendieran antes, quizás ahora lo hagan: Tiene cuerpo de muñeca. Vamos, que la puedes vestir y peinar como quieras. Ella se dejará hacer cualquier mierdita que se te pase por la cabeza.
(Me pregunto si el seguro de la película cubría posibles daños en la columna por el peso del bolso tamaño familiar que tuvo que soportar la pobre. Dos días más de rodaje y acaba con escoliosis).


Por si alguien no pilla la sutil referencia carnavalera, la foto es de la película "Copacabana", en la que la Huppert se cambia de ropa unas mil veces, sin conseguir por ello dejar de resultar estrafalaria (a la par que elegante. No sé cómo lo hace).


¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¿Es Felicity Huffman en "Transamérica"?
No, es que alguien quiso hundir la carrera de Isabelle Huppert.

P.S.: Esta entrada está escrita desde la mayor admiración hacia su protagonista, que está sublime haga lo que haga y se ponga lo que se ponga. Porque ella es la madre, la pequeña princesa, la religiosa, la cautiva, mi peor pesadilla, una mujer en África, la bella durmiente, la vida prometida, una de las 8 mujeres, la pianista, Medea, la vida moderna, la escuela de la carne, Madame Curie, amateur, Madame Bovary, la femme de mon pote (la mujer de mi amigo), la poseída, una falsa testigo, Piera,  la pasión, Anne Brontë, prostituta de día, señora de noche (en la ficción, claro), la encajera, el gran delirio, Aloïse (mi nombre favorito es Aloysius, por el muñeco de peluche de Retorno a Brideshead), sérieux comme le plaisir, rompepelotas,.. Y, por si fuera poco, siempre nos deja a "Las puertas del cielo".

sábado, 10 de agosto de 2013

Tierra del Fuego

Probablemente la infancia sea uno de los territorios que nos es más desconocido del país de la memoria. Pero hay quienes se han sabido enfrentar a su redescubrimiento. Es el caso de Georges Perec, que entre 1970 y 1974 fue desentrañando la suya. Y lo hizo de una manera original, como era de esperar en él: intercalándola con una narración paralela que escribió a sus 12 años sobre la isla W.
Centrémonos. Estamos hablando de "W o el recuerdo de la infancia": doble relato sobre la identidad y la pérdida de ésta. Perec nos dice casi desde el comienzo: "no tengo recuerdos de infancia. Hasta los doce años más o menos, mi historia no ocupa más que unas pocas líneas". Su padre y su madre mueren durante la Segunda Guerra Mundial: el primero a los cuatro años y la segunda a los seis en la vida del autor francés. Tras esto, fue adoptado por una tía paterna. A través de fotos, de visitas a lugares donde vivió, de historias oídas, de situaciones concretas del día a día de un niño, de su "pequeña memoria", como diría Saramago, parece recuperar Perec parte de su identidad. La guerra, los campos de concentración y de exterminio, la Resistencia, el Holocausto,... tan sólo se entreven, supongo que porque se trataba de ocultar todo ese horror a los niños.
La otra historia que cuenta el libro comienza con un exiliado en Suramérica al que ha encontrado un miembro de una organización, la misma que le facilitó la documentación con la que huyó de la Alemania nazi. Los papeles que le dieron pertenecían a un crío que no habla, quizás autista, cuyo barco naufraga cuando viaja con su madre en busca de un lugar donde pueda recuperar el habla y que , probablemente, sobrevive en la ficticia isla W, sita en el archipiélago argentino-chileno de Tierra del Fuego. En dicha isla nos encuentramos con una sociedad distópica. Es en este relato donde sí se muestra todo el horror que se nos evita en el otro: las mujeres y los niños están separados de los hombres. Ellos son deportistas, competidores, que luchan por la supervivencia en un mundo con reglas arbitrarias, con jueces injustos. Ellas sirven tan solo para ser violadas y procrear futuros deportistas; para satisfacer a los campeones. Competitividad salvaje, violencia, tortura, muerte son los elementos más evidentes en las vidas de los pobladores de W.
Termina su autor estas memorias con las siguientes palabras (lectores, quedáis avisados, es el final del libro): "los fascistas de Pinochet se han encargado de dotar a mi fantasma de un último eco: hoy día varios islotes de Tierra de Fuego son campos de deportados".

P.S: Este libro fue publicado originariamente en 1975, 15 años después de que Perec y una de las seguidoras de este blog (las oficiales son sólo chicas, curiosamente) contrajesen matrimonio. Pues tendré que dedicarle esta entrada a ella: Paulette Petras, que tiene dos blogs, ambos muy recomendables. Quizás me ha quedado corta, pero la obra habla por sí misma (lo cual se puede aplicar a cualquier otra, pero de alguna manera tengo que justificarme).

Como suelo hacer cuando le dedico una entrada, añado (esta vez unos extractos de) un poema que escribí hace muchos años, que en cierto modo también habla de la identidad:

Aún no es todo
Puedo llenar, pues, lo que no existe

Aún no es el final
Y hay camino por andar

Completarse, conocerse
Es terminar

No quiero llegar a ninguna parte
No quiero encontrarme a mí mismo
Deseo perderme
Distraerme
Pensar que las flores del camino
Aún pueden adornar mi frente


P. D.: ¡Qué bonito! Un poema mutilado. Lo que yo no haga para satisfacer a mis lectores (la mayoría /as).

jueves, 8 de agosto de 2013

Che sarà, sarà

Como veo que hay muchos blogs en los que tratan de jugar con sus lectores, aprovecho la publicación de esta nueva foto para inventarme un pasatiempo. (Es cierto, nadie jamás había pensado en esto). El juego consiste en adivinar qué elemento falta en la imagen. Si además alguien sabe localizar el lugar que muestra, pues ni te digo la cantidad de apartamentos en Torrevieja que va a ganar. El color del taxi es una pista. (Ah, sí, la foto está retocada a más no poder. ¿Cuándo se ha visto un cielo tan bonito?).