sábado, 8 de septiembre de 2012

El fin del romance



Terence Davies ha sido calificado como el último director clásico del cine británico y su excelente película "The deep blue sea" (2011) lo hace, una vez más, merecedor de dicha consideración. Estrenada en España con un año de retraso, esta nueva versión de la obra de teatro homónima de Terence Rattigan, escrita en 1950, nos habla del amor y del desamor, de la pasión y de la decepción. En ella, Rachel Weisz interpreta a una mujer casada con un juez que vive una vida apagada junto a éste y la madre de él, que decide entregarse a otro tipo de relación, más llena de alicientes, con un joven piloto aéreo. Es ésta una decisión difícil, entre ser amada o tan sólo amar, pues desde el primer momento sabe que no es igualmente correspondida, que no es ésta una relación que le convenga. Pero a la vez sabe que da un paso hacia lo único emocionante que habrá en su vida.
El piloto describe perfectamente esa relación: "Somos letales el uno para el otro". Y es que la película comienza con el intento de suicidio de ella, desesperada por la certeza de que nunca podrá ser amada como ella ama. Él a veces "se entrega a sí mismo", tan sólo eso.
Con una fotografía, una banda sonora, una ambientación, un vestuario, una dirección y unas interpretaciones dignas del mejor cine clásico, esta película nos remite a otra forma de hacer las cosas. Al cine inglés intimista de David Lean. A un cine que transmite la realidad más cruel de la forma más hermosa posible.

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