jueves, 30 de abril de 2015

Hombre mirando al horizonte


No es la primera vez que lo digo: Nunca sé cuál será el resultado final cuando tomo una fotografía. En este caso, aprecio una cualidad cuasipictórica, ligeramente impresionista, muy de mi agrado. El concepto, un hombre solo que no mira a la cámara, sino al horizonte, a una vegetación florida en plena primavera, cuya visión lo aleja de sus problemas diarios; un hombre que encuentra la paz interior en la simple contemplación de los espacios abiertos; me parece de un gran lirismo y una invitación a participar de esa modesta forma de hallar el sosiego.
Sobra decir que, tras hacerla, me uní a él.

P. S.: La fotografía fue tomada cerca de la Caldera de los Marteles, uno de los tesoros naturales de Gran Canaria.

2 comentarios:

  1. Es muy Renoir.

    ¡Gracias por estas maravillosas excursiones!

    Paulette

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  2. Querida Adorable:
    La verdad es que me he convertido en un ser execrable. No sé cómo he podido dejar pasar tanto tiempo sin agradecerte tu comentario. Bueno, sí lo sé. Porque siempre espero el momento en que pueda escribir una respuesta larga, de esas que te mereces. Disculpa la tardanza.
    Además de agradecer tus palabras, quería decirte que nunca hubiera sido capaz de comparar una fotografía mía con la obra de Renoir. Soy de natural humilde. A lo más que he llegado es a señalar su parecido con "Las amapolas en Argenteuil", de Monet. Aunque, por supuesto, me he cuidado de hacerlo delante de profesionales de la medicina psiquiátrica o de cualquier persona con un mínimo conocimiento en historia del arte. Podrían tomarme por loco y no sabría qué argumentar para rebatir su opinión.
    Te sigo. No pienses que, porque no haga comentarios en tu blog, no lo hago. Simplemente trato de ver o leer antes aquello sobre lo que escribes.
    Abrazos y besos mil.

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