martes, 22 de abril de 2014

Coleccionando simetrías V: El Doppelgänger

No diré que el caso del Doppelgänger (respeto la mayúscula propia de los sustantivos en alemán) haya sido suficientemente tratado en la Literatura. Pero sí algo. Es digna de mención la famosa frase de Strindberg: "El que ve a su doble es que va a morir". Inquietante, ¿verdad?
Se dice que de todos existe una copia en algún lugar del planeta. Incluso, que si no existe en la actualidad, ha existido en el pasado o existirá en el futuro. Si ello fuera así, ésta supondría probablemente la forma de simetría más preocupante que cabe imaginar: ¿Qué podría estar haciendo nuestro doble en nuestro nombre y qué consecuencias resultarían de sus actos?
Digo esto a modo de introducción de las últimas citas sobre casualidades o coincidencias que he añadido a mi colección:

"Suponiendo que haya una persona que es una copia tuya, o tú una copia suya, y por lo visto la hay, no tienes ninguna obligación de ir a buscarla, ese tipo existe y tú no lo sabías, existes tú y él no lo sabe, nunca os visteis, nunca os cruzasteis en la calle, lo mejor que puedes hacer es, Y si me lo encuentro un día de éstos, si me cruzo con él en la calle, interrumpió Tertuliano Máximo Afonso, Vuelves la cara hacia otro lado, ni te he visto ni te conozco, Y si él se dirige a mí, Con que tenga un ápice de sensatez hará lo mismo".

"Es difícil considerar extraña a una persona que es igual que yo".

"Tertuliano Máximo Afonso no consigue escapar a la idea de que tantas casualidades y coincidencias juntas pueden muy bien corresponder a un plan por el momento inescrutable, pero cuyo desarrollo y desenlace ciertamente ya se encuentran determinados en las tablas en que el dicho Destino [...] apuntó, en el principio de los tiempos, la fecha en que caerá el primer cabello de la cabeza y la fecha en que se apagará la última sonrisa de la boca".

La cita con la que pongo fin a esta entrada parece dirigida a mí:

"Sigo pensando que tienes que acabar con esta maldita historia de sosias, gemelos y duplicados".

Al igual que la réplica se asemeja a lo que yo podría contestar:

"Tal vez, pero no lo consigo, es más fuerte que yo".

Todas estas frases forman parte de "El hombre duplicado", de José Saramago.

P. S.: Hablando de dobles, ¿qué otra cosa son las manos y los pies, sino reflejos semiespeculares? He ahí la razón de que publique una foto como la presente para ilustrar este texto. La hice yo, por supuesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario