viernes, 16 de noviembre de 2012

Pena, penita, pena

Una de mis amigas es bibliotecaria (¡qué horror, trabajar rodeada de tantas tentaciones!) y por su cumpleaños le regalaron "La librería de las nuevas oportunidades", de la escritora de origen indio Anjali Banerjee. Como me gusta conocer lo que leen mis amigos, me decidí a echarle el diente a esa novela. Quería algo ligero y no pude elegir mejor en ese sentido.
¿Cómo describir semejante libro sin que me caiga una demanda? Pues, cuenta la historia de una mujer de familia bengalí, cuya tía tiene una librería en la que principalmente vende libros antiguos (supuestamente, para que los lectores no se olviden de los escritores clásicos. Porque la petarda de la autora pretende hacernos creer que sin esta librera la gente no sabría quiénes son Dickens, Poe, Jane Austen y demás creadores de renombre. Alguien debería decirle que por cada tontada que escribe, muere un gatito. Lo digo porque ella tiene cuatro, cosa que interesa mucho al lector. Tanto como para incluirlo como dato biográfico).  Dicha librería está poblada por los espirítus de los escritores de los libros que se encuentran en ella y hablan, no sólo con la tía de la protagonista, sino también con ésta, de nombre Jasmine. Por supuesto, como Banerjee es más coherente con sus intenciones crematísticas que con las literarias, sólo nombra a un autor indio: el Maharabata.Tampoco existe para ella nadie que no sea anglosajón o colonizado por dicho Imperio: Italo Calvino, Ibsen, Marcel Proust, Neruda, Thomas Mann,... nunca han escrito algo que se compare con la prosa fluida de Beatrix Potter o la poesía de Dr. Seuss.Pues bien, la tía de Jasmine, Ruma, le pide que cuide de su librería mientras ella se ausenta por un viaje que tiene que hacer a la India. Nuestra protagonista accede con la intención de alejarse de su ex-marido, que ya había rehecho su vida antes de dejarla. Vamos, que le puso los cuernos a base de bien. Esta es la parte más repulsiva de la novela, la sentimental, y es que en unas 300 páginas en las que se trata el amor y el desamor, su autora no consigue decir una sola cosa que suene lejanamente profunda o, al menos, interesante; todo son lugares comunes. (Admito que eso puede tener su mérito. No se lo voy a negar, pero para ella hace). Además de dar una imagen estereotipada de la mujer, completamente dependiente de los hombres. Me pregunto cuál es el secreto del éxito de estas novelitas carentes de cualquier valor literario. Avisado está quien la vea en alguna librería: no merece una nueva oportunidad.

2 comentarios:

  1. Genial entrada, Jose. Por fin leo el tono irónico-sarcástico en tu blog, y he de confesar que me encanta. La frase de "¿Cómo decribir semejante libro sin que me caiga una demanda?" me hizo sonreír, pero de verdad, porque es uno de tus típicos comentarios.
    Tu blog me gusta más y más (y más, incluso). Un beso enorme,

    Vane

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  2. Eso, tú dedícate a ponerme el ego por las nubes. Trato de que haya un equilibrio entre seriedad crítica y humor, para que no sea un rollo, pero tampoco una cutrada. Pero, sobre todo, que sea muy personal. Más besos para ti, Vane, que eres mi primera comentarista. Y mi mejor amiga.

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