lunes, 14 de octubre de 2013

La sonrisa de Marg Sisson

El suyo, el de Alice Munro, parecía un Nobel cantado y justo me pilló leyendo su única novela, "La vida de las mujeres". Es cierto que conocer su biografía ayuda a comprender su obra, pero como no suelo escribir entradas muy largas y ya se han encargado los medios de comunicación de dárnosla a conocer, mejor entrar en materia directamente.
La primera impresión que vamos teniendo a medida que avanzamos en la lectura de este libro es la de que a su autora le costaba escribir una novela y decidió hacerlo a base de relatos que comparten personajes (qué tramposilla, la Munro). Cada capítulo tiene un título alusivo al tema del que habla y no es continuación del anterior, aunque haga referencia a alguna de sus tramas. Cada capítulo nos enseña algo sobre nosotros mismos.
La protagonista, Del Jordan, al principio vive en el pueblo de Flats Road con sus padres y su hermano Owen, hasta que se traslada a la ciudad de Jubilee, pero sólo con su madre. Ambas parecen incapaces de adaptarse a ninguno de esos dos ambientes. Son demasiado independientes y cultas para las gentes de campo y demasiado inocentes para las de ciudad.
La acción transcurre, aproximadamente, entre 1938 y 1950: Llegan los ecos de la Segunda Guerra Mundial y de sus consecuencias, probablemente como una forma de darnos a entender que ése, el bélico, es el mundo de los hombres, mientras las mujeres y los niños se quedan en casa. Aunque también se entiende que a los canadienses les quedara un poco lejos  el campo de batalla.
A lo largo de esos 12 años, Del va creciendo, descubriendo el mundo y conociéndose a sí misma. Nos describe a los pintorescos vecinos de Jubilee, que en realidad no son tan pintorescos, sólo que la mirada de la Munro los vuelve especiales. También nos describe su despertar sexual y su primer amor. Cómo el amor la apartó de su camino. La inutilidad, la irracionalidad y el fanatismo de la religión (la madre de la protagonista expresa con las siguientes palabras algo que siempre he mantenido: "¡Dios fue creado por el hombre! ¡No al revés! El hombre en una fase de su desarrollo más infame y sanguinaria que la actual, o eso esperamos. El hombre creó a Dios a su imagen y semejanza".) Su gusto por la literatura, pues ella misma es una escritora en ciernes, que busca la inspiración en las historias que escucha sobre sus vecinos. La rebeldía frente a su progenitora, a la que se parece más de lo que está dispuesta a admitir.
"La vida de las mujeres" es una novela de iniciación nada complaciente. Se describe el abuso a una menor como algo en lo que participa voluntariamente la propia menor; los disminuidos psíquicos son mostrados como seres crueles; la gente se suicida casi sin razón aparente y se vuelve loca sin que haya la más mínima explicación; los hombres son poseedores de multitud de defectos y sinónimo de peligro.
Creo que la filosofía vital de Del Jordan se resume en las siguientes palabras: "Se suponía que los hombres podían salir y vivir toda clase de experiencias, desechar lo que no querían y volver orgullosos. Sin pensarlo siquiera, yo había decidido hacer lo mismo".
Alice Munro escribe sobre mujeres, pero sobre mujeres reales, con aristas, buscando que éstas resulten, al menos por momentos, antipáticas, mezquinas, vanidosas, machistas, carentes de ambición, torpes, chismosas, contradictorias en sus actos. Y en otros momentos sus mujeres son independientes y a la vez pueden dejarse someter por el amor; son inteligentes y cometen errores que las marcan para siempre; son resueltas, sexuales, obsesivas, apasionadas,.. Así es la vida de las mujeres.

P. S.: Para entender el título de esta entrada es necesario leer otra reciente: "Vidas en tránsito I: Ontario-Canarias".

2 comentarios:

  1. Estupenda reseña, Jose, no he leído nada de esta autora, ya me vale, pero quiero ponerle remedio pronto, aunque no sé si con esta novela o con alguno de sus libros de relatos. Un beso

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  2. Cuánto tiempo Pilar. Es un placer verte por aquí. Muchas gracias por tus palabras. Yo soy bastante autocrítico y sólo aprecio mis entradas una vez ha pasado tiempo de que las escribí y las releo por si encuentro algún error (cosa que suele pasar. Al menos a mí me ocurre que cuando las tengo muy recientes, completo mentalmente lo que está mal. Por eso necesito del paso del tiempo).
    Si te llama la atención Alice Munro, no creo que mi consejo sobre por cuál de sus obras empezar sea bueno, pues sólo he leído 2. Pero me fío de Javier Marías que dice que dada la uniforme gran calidad de sus libros (añado que son uniformes también en sus ambientes y el tono que les da a sus relatos. La comparación con Chéjov que hace todo el mundo es muy acertada), se puede comenzar por cualquiera de ellos.
    Un beso muy fuerte también para ti, Pilar.
    Ah, que conste que también te sigo.

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