martes, 28 de mayo de 2013

Leucina encefalina

Conocía lejanamente la obra del escritor australiano Peter Carey. Vamos, había visto la adaptación cinematográfica de "Oscar y Lucinda". Por eso, cuando me regalaron su última novela, "La naturaleza de las lágrimas", no sabía qué esperar. Para que eso no ocurra a mis lectores, que se cuentan por millones, con un ligero margen de error, les adelanto de qué va: Catherine Gehrig, la protagonista, es restauradora en el (ficticio) Museo Swinburne de Londres. Acaba de morir su compañero de trabajo Matthew Tindall, del que era amante desde hacía 13 años, o sea, toda una vida. Y eso es precisamente lo que siente que se ha ido con él: la vida que se habían construido juntos, en la que no había lugar para amigos, para familiares,... Tan solo, para ellos dos. ¿Cómo afrontar esa situación? Por sí misma, parece no poder. Por eso es su jefe quien le encarga un trabajo, la restauración de un autómata colosal, con la intención de que renazcan en ella las ganas de vivir mediante una nueva pasión. A partir de ahí, conoceremos otra historia igualmente apasionante, la del hombre que encargó dicho autómata con forma de cisne (él quería un pato) para salvar la vida de su hijo. Una historia que se remonta a casi 2 siglos atrás.
Nos hallamos ante una narración diferente, inteligentemente formulada, dividida en capítulos con el nombre de los protagonistas, Catherine y Henry, que nos habla desde el corazón: del sentimento de pérdida, del miedo a la muerte de un ser querido, de cómo aliviarlo en parte, del amor de pareja, del amor paterno y del amor al genio creador; de la amistad, de la sensación de aventura, de cómo influimos en las vidas de otros, de cómo nos desequilibran los sentimientos y un etcétera que podría llegar de aquí a Lima (me gusta esa expresión).
Vamos, que me ha cautivado. Tan sólo veo una pega: la traducción del título. El original es "The chemistry of tears", algo así como "La composición química de las lágrimas". Supongo que es menos comercial, pero se ajusta mejor al contenido de la novela. 
Después de leerla, me ha venido a la mente algo que considero reconfortante: todos tenemos a alguien a quien queremos o que nos quiere con la pasión que describe esta novela. Es bueno ser conscientes de ello.

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