Lo sé. Esta reseña es
algo tardía. Escribo sobre "Gravity" cuando ya ha pasado
el tiempo de promoción, pero es que no pertenezco al departamento
ídem de la película. Lo que motiva mi retraso es que no sabía cómo
enfrentarme a la redacción de esta entrada. La solución ha sido
salomónica: Cortar al niño por la mitad. O sea, primero hablaremos
de su protagonista y, luego, de la obra en conjunto:
A pesar de Sandrita
Bullock: Desde que Marisa Tomei
ganó hace 20 años el Oscar como mejor actriz de reparto por "Mi
primo Vinny" (aquello parecía una tomadura de pelo por parte de
Jack Palance, que fue quien lo entregó), no se había dado el caso
de un Oscar a una actriz más sospechoso que el concedido a la
Bullock por poner acento sureño en "The blind side", que
en España se llamó "Un sueño posible" (sí, señores y
señoras, la reina de la comedia romántica arrebató el Oscar a
Meryl Streep y a Helen Mirren. Supongo que ellas todavía estarán
procesando la información, como ocurre con los chistes sin gracia).
El
caso es que a Alfonso Cuarón alguien debió decirle que esa mujer
con cara de palo, pero que se conserva bastante bien para haber
cumplido 49 años (lo que daría yo por tener unos muslos tan
musculosos como los suyos), era la opción ideal para protagonizar su
última película. No es que se trate de un error garrafal de
reparto. Es sólo que, al menos yo, no pude evitar tomarme "Gravity"
como una metáfora de la carrera de Sandra Bullock: ella dando tumbos
en medio de la nada que ha supuesto su paso por el cine.
Probablemente no fuera la intención de Cuarón que a algunos nos
resultara risible ver cómo esta "actriz" se golpea una y
otra vez contra estaciones espaciales. Pero es que cumple un sueño
(algo cruel, quizás) que muchos albergábamos desde hace años.
(Lástima que ya no haya más secuelas de "Saw". Habría
sido la víctima perfecta).
La película: Hay
que ser un magnífico director para conseguir hacer de una historia
tan simple como la que cuenta "Gravity" (una lluvia de
asteroides mata a la mayor parte de la tripulación de una estación
espacial y los supervivientes tratan de volver a la Tierra) una estupenda película. No basta con los medios que se presuponen a una
empresa de esta envergadura para conformar el espectáculo que se
desarrolla ante nuestros ojos (por fin un 3D más que justificado).
Quien maneja la batuta ha de dominar el tempo;
ha de saber ir de lo inmenso del espacio a lo minúsculo de una
lágrima que flota en el vacío; o sea, ha de poder digirir a un gran
equipo, pero a la vez ha de conseguir que los personajes transmitan
emociones. Cosa en la que Cuarón siempre ha sido un maestro.
No
quiero obviar la función de la banda sonora de Steven Price (carente de percusión por decisión de Alfonso), a veces
demasiado evidente, pero que en conjunto engrandece el resultado
final.
Parece innecesario decir que "Gravity" es una de las
mejores películas del año, aunque haya más en ella de artificio
que de contenido. Pocas veces como ésta, el puro espectáculo está
tan justificado.
P.S.: Vale, lo sé. Tengo fijación por los parecidos razonables (y este blog está degenerando un poco por ello). Lo peor es que también me ocurre con las personas que me rodean y he de callarme para no ofender. Pido disculpas a mi legión de lectores por no saber contenerme. Ah, sí, el fotomontaje es cutre porque lo hice yo mismo.
P.S.: Vale, lo sé. Tengo fijación por los parecidos razonables (y este blog está degenerando un poco por ello). Lo peor es que también me ocurre con las personas que me rodean y he de callarme para no ofender. Pido disculpas a mi legión de lectores por no saber contenerme. Ah, sí, el fotomontaje es cutre porque lo hice yo mismo.
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